La comida en Alcalá

De todos los países europeos, para mí España no era especialmente conocida por su comida. Sin embargo, en los cinco meses que estuve viviendo en Alcalá, llegué a apreciar mucho no sólo la cocina española, sino también la forma en que comen los españoles.

Lily Moaba, New Jersey, EE.UU.

Ajustar mi horario a las comidas fue un poco complicado al principio. La familia con la que viví tomaba un pequeño desayuno que fundamentalmente constaba de café con leche y unas galletas. El almuerzo era a las tres y era la comida más importante del día. Cuando no podía esperar hasta las tres para comer, mi “madre” española me preparaba una merienda o tentempié, para llevar a la escuela. Durante los descansos en clase muchos estudiantes comían bocadillos o sándwiches que habían traído de casa.

No es nada raro en España que toda la familia almuerce junta durante la semana: si lo permite la distancia, los padres regresan a casa del trabajo y los estudiantes de la escuela.

El almuerzo se solía preparar con suficiente antelación. Algunos de mis platos favoritos eran la crema de calabacín, la berenjena rellena con morcilla y sus deliciosas albóndigas con puré de patatas.

Sobre las diez solíamos cenar, y por lo general era una comida menos abundante que el almuerzo. A veces tomábamos huevos fritos con pan y verduras, o mi favorito: la tortilla española. Para el postre, yogur y fruta era muy común.

Es difícil clasificar la comida española, pero si tuviera que describir la cocina casera española yo diría que pone mucho énfasis en comer en familia, cocinar ingredientes de temporada, y utilizar pocos (o ninguno) alimentos precocinados.