Dream AlcaláNoticiasPrecaución: la lluvia dispara los accidentes de tráfico

Precaución: la lluvia dispara los accidentes de tráfico


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Si preguntamos a 10 españoles con carnet de conducir qué tal conducen, al menos 8 de ellos afirmarán que son buenos conductores. Entonces ¿por qué se disparan los accidentes en el momento que empieza a llover?

Esta mañana hemos tenido un ejemplo muy claro en Alcalá. Dos vehículos circulaban por el casco urbano. El primero venía por vía Complutense en sentido Guadalajara, y el segundo por la perpendicular, Caballería Española, sentido Marqués de Alonso Martínez.

Eran cerca de las 9:30 de la mañana, todavía hora punta, pero ya no una hora de denso tráfico. El caso es que ante el asombro de los peatones, el vehículo que circulaba por Caballería Española cruzó vía Complutense y embistió lateralmente al otro vehículo que circulaba por su carril y con el semáforo en verde.

Testigos presenciales hablan de exceso de velocidad, otros de que uno de los vehículos se saltó el semáforo en rojo. Conjeturas aparte (para eso se desplazaron varias dotaciones policiales incluido un vehículo de Atestados), el caso es que ambos vehículos se empotraron contra la valla para peatones que separa la acera de la peluquería Marco Aldani. Los coches quedaron a menos de un metro de la fachada.

Afortunadamente no parece que haya heridos de gravedad, pero sí pudimos ver cómo uno de los vehículos tenía un fuerte impacto en la puerta del pasajero, y el otro el morro muy dañado, aparte de que la fuerza del impacto hizo saltar su airbag.

Con lluvia, tu coche siempre en buen estado

Y es que (y con esto no decimos que necesariamente haya tenido que ser la causa de este accidente), muchos conductores siguen circulando con lluvia igual que sin ella. Pero ni nosotros ni nuestros coches responden igual sobre suelo seco que sobre suelo mojado.

La visibilidad con lluvia siempre es menor, la adherencia al asfalto se ve siempre comprometida y las distancias de frenada en caso de emergencia se alargan unos metros que pueden ser vitales.

Además, muchos conductores no revisan adecuadamente el estado de sus neumáticos ni la presión de los mismos. Y eso que con suelo seco parece que pasa por alto, en cuanto llueve se transforma en nuestro peor enemigo.

Para reducir el riesgo de accidente, el Real Automóvil Club de España-RACE te recuerda algunos consejos para conducir importantes.

Neumáticos en buen estado

Siempre, pero especialmente cuando llueve, deberemos tener los neumáticos en buen estado. Deben tener los canales del dibujo con la profundidad exigida para poder evacuar con efectividad el agua sobre el que pisan. La profundidad mínima que marca la ley del dibujo de un neumático es de 1,6mm aunque, con fuertes lluvias, por debajo de 3mm se compromete la evacuación efectiva de agua por los canales.

Amortiguadores

Unos amortiguadores en mal estado no sujetarán con la firmeza necesaria la carrocería para evitar los movimientos verticales y laterales que pueden modificar la trazada, ni permitirán una reacción adecuada ante un movimiento, aún con la ayuda del control de estabilidad (ESP) obligatorio en todos los coches que se venden actualmente.

Frenos

En conducción con lluvia, con la calzada mojada, la efectividad de los frenos disminuye y las frenadas se alargan notablemente. Pastillas, discos y la presión del circuito de frenado deben estar en las condiciones adecuadas para que la seguridad no se vea alterada en cualquier circunstancia y más cuando la calzada está deslizante con la lluvia.

Limpiaparabrisas

En conducción con lluvia la visibilidad se reduce, con unas condiciones de luz más precarias y las gotas arreciando contra el parabrisas, situación ésta delicada cuando las precipitaciones son elevadas. De ahí que los limpiaparabrisas deban siempre estar en buen estado de uso.

El coche siempre a punto

De cara a conducir con lluvia, en unas conducciones climatológicas adversas, debemos de poner especial cuidado en una serie de elementos de nuestro coche para permitirnos circular con seguridad. 

A continuación te mostramos algunos de los consejos que recomienda el RACE para conducir con seguridad en días de lluvia.

Neumáticos, perfectos

Siempre, pero especialmente cuando llueve, deberemos tener los neumáticos en buen estado. Son el punto de contacto de nuestro coche con el asfalto, de ahí la importancia de este factor. Los neumáticos deben tener los canales del dibujo con la profundidad exigida para poder evacuar con efectividad el agua sobre el que pisan. La profundidad mínima que marca la ley del dibujo de un neumático es de 1,6mm aunque, con fuertes lluvias, por debajo de 3mm se compromete la evacuación efectiva de agua por los canales. Y también es importante que mantengamos los neumáticos hinchados a la presión adecuada. Si la presión está por debajo, el dibujo de la banda de rodadura se deformará más de lo conveniente, reduciendo la efectividad a la hora de evacuar el agua por los canales de drenaje, además de que los flancos laterales pierden consistencia en los apoyos en curva.

Para conducir con lluvia, cuanto mayor sea la profundidad del neumático respecto a su origen, mayor será la capacidad para evacuar el agua y reducir un posible aquaplaning, además de mantener una mejor dirección y tacto de volante.

Vigila los amortiguadores

El estado de los amortiguadores resulta siempre esencial para conducir con seguridad nuestro vehículo, ero aún más lo es en conducción con lluvia. Los amortiguadores son esenciales en el comportamiento del coche, en controlar los movimientos de la carrocería y el óptimo tacto de dirección que nos permita mantener el eje delantero y el trasero sin pérdidas de adherencia. Unos amortiguadores en mal estado no sujetarán con la firmeza necesaria la carrocería para evitar los movimientos verticales y laterales que pueden modificar la trazada, ni permitirán una reacción adecuada ante un movimiento, aún con la ayuda del control de estabilidad (ESP) obligatorio en todos los coches que se venden actualmente.

La importancia de los frenos

En conducción con lluvia, con la calzada mojada, la efectividad de los frenos disminuye y las frenadas se alargan notablemente. Es importante tener los frenos en buen estado, que nos permita mantener un tacto adecuado del pedal para no bloquear las ruedas y obligar a actuar constantemente el ABS. Pastillas, discos y la presión del circuito de frenado deben estar en las condiciones adecuadas para que la seguridad no se vea alterada en cualquier circunstancia y más cuando la calzada está deslizante con la lluvia.

Ver y ser vistos

En conducción con lluvia la visibilidad se reduce, con unas condiciones de luz más precarias y las gotas arreciando contra el parabrisas, situación ésta delicada cuando las precipitaciones son elevadas. De ahí que los limpiaparabrisas deban siempre estar en buen estado de uso. A pesar de que tengan poco uso, la goma enseguida se reseca y pierde efectividad, reduciendo la capacidad de barrido y comprometiendo la visibilidad adecuada. Además el nivel del líquido del depósito del limpiaparabrisas debe ser el adecuado, incluyendo algún tipo de anticongelante para limpiar la suciedad con mayor efectividad.

Otro factor importante para la conducción con lluvia son las luces, sobre todo para ser vistos. Los faros con luz diurna son cada vez más habituales en los coches nuevos pero, si no, cuando las precipitaciones son elevadas conviene poner las luces de cruce para ser vistos. No así los antinieblas, que con el agua dispersan su luz creando reflejos desagradables al resto de conductores con su potencia luminosa.

Que no se empañen los cristales

Y en el interior, el sistema de climatización debe funcionar en condiciones, con los difusores de aire para los cristales limpios, que permitan ser efectivos a la hora de eliminar el vaho. Lo mejor para evitar el empañado de los cristales es abrir un poco la ventana y activar el aire acondicionado y, si tenemos la posibilidad de fijar la temperatura, hacerlo a 20º – 21ºC.

Consejos para conducir con lluvia

 

La lluvia modifica las condiciones de la calzada y también la visibilidad, por lo que a la hora de conducir debemos tenerlo en cuenta y aplicar una serie de pautas para circular con seguridad.

Adecúa la velocidad

Lo primero que deberemos hacer al conducir con lluvia es reducir la velocidad, adecuándola al estado de la calzada. Y aumentar la distancia de seguridad para evitar el “efecto spray”, el agua pulverizada que sale de las ruedas del coche que nos precede.

Frena con suavidad

Con los frenos mojados la distancia de frenado aumenta. Y también lo hace la posibilidad de bloquear las ruedas, a pesar del ABS, lo que nos obliga a tratar el pedal de freno con más suavidad. Cuando nos acerquemos a un viraje o a una curva, deberemos anticipar la frenada y realizarla con la dirección lo más recta posible para evitar las inercias laterales que comprometan la direccionalidad de las ruedas.

Cuidado con la señalización horizontal

La pintura blanca de los pasos de peatones, la que demarca los límites de la carretera y la división de carriles con lluvia resulta especialmente delicada, especialmente para las motos.

Debemos intentar no pisarlas con el coche o la moto en apoyo, con la dirección girada, ni acelerar cuando tenemos las ruedas de tracción encima de las líneas blancas de la carretera.

Que no te estrese la lluvia

La conducción con lluvia aumenta la tensión al volante, lo que hará cansarnos más en viajes largos. Reduce el tiempo entre parada y parada para descansar y relajarte.

Cómo evitar el aquaplaning

Cuando el firme de la carretera o vía va perdiendo su capacidad de absorción o cuando las precipitaciones de lluvia son elevadas, se crea una película con demasiada acumulación de agua para que los neumáticos sean capaces de evacuarla al pasar por encima. Es cuando se puede producir el aquaplaning, haciendo que las ruedas se deslicen por encima del agua acumulada.

A más velocidad, mayor es el riesgo de sufrir aquaplaning. Si se produce notaremos que la dirección comienza a flotar y, lo primero que deberemos hacer, será reducir la velocidad. No hay que reaccionar utilizando el freno como respuesta, sino levantar el pie del acelerador y sujetar con firmeza el volante. No variaremos la dirección del volante hasta que notemos que notemos que las ruedas recuperan la adherencia.

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