El 29 de abril de 1932, Constanza de la Mora se convirtió en la primera mujer en casarse por lo civil en España. Su boda con Hidalgo de Cisneros, jefe de la aviación republicana, marcó un hito en la historia del país, simbolizando los avances en derechos civiles promovidos por la Segunda República.
Sin embargo, su legado va mucho más allá de este hecho: fue una intelectual comprometida, una férrea defensora del gobierno republicano y una de las figuras clave en la difusión de su causa en el extranjero.
Una mujer adelantada a su tiempo
Nacida en 1899 en una familia acomodada, Constanza de la Mora recibió una educación poco común para una mujer de su época. Formada en la Institución Libre de Enseñanza, adquirió un pensamiento progresista que marcaría su trayectoria. Su inteligencia y preparación le permitieron acceder a puestos de responsabilidad, en un tiempo en el que la presencia femenina en la vida pública era limitada.
Durante la Segunda República, asumió la dirección de la Oficina de Prensa del Ministerio de Estado, lo que la convirtió en una de las pocas mujeres con un cargo de relevancia en el gobierno. Desde esta posición, trabajó incansablemente para proyectar la imagen de la República en el exterior y contrarrestar la propaganda franquista.
El primer matrimonio civil en España
Con la llegada de la Segunda República en 1931, el gobierno impulsó una serie de reformas para la modernización del país, entre ellas la legalización del matrimonio civil y el divorcio. Hasta entonces, los enlaces matrimoniales estaban bajo la exclusiva tutela de la Iglesia católica.
Constanza de la Mora y el aviador Ignacio Hidalgo de Cisneros fueron los primeros en acogerse a esta nueva legislación. Su boda civil, celebrada en 1932, fue un acto de rebeldía y convicción ideológica, en consonancia con los ideales republicanos que ambos defendían. Esta unión no solo fue un acto de amor, sino también una declaración de principios en una España dividida entre tradición y modernidad.
Constanza de la Mora y Alcalá de Henares
El vínculo de Constanza con Alcalá de Henares no es tan conocido como otros aspectos de su biografía, pero es significativo. Durante la Guerra Civil, Alcalá tuvo un papel clave como enclave estratégico y sede de importantes unidades militares republicanas.
Como directora de la Oficina de Prensa, Constanza visitó la ciudad en varias ocasiones para coordinar la comunicación sobre los movimientos del Ejército republicano y las iniciativas gubernamentales.
Además, su esposo, Ignacio Hidalgo de Cisneros, tuvo una relación aún más estrecha con Alcalá, ya que la base aérea de la ciudad fue un punto clave para la aviación republicana, el cuerpo que él dirigía. Es probable que Constanza acompañara a su marido en diversas visitas a esta base, que jugó un papel crucial en el conflicto.
A Hidalgo de Cisneros se le recuerda en Alcalá con una calle a su nombre cerca del centro comercial Alcalá Magna. Sin embargo, no se conoce ninguna calle en España a nombre de Constanza de la Mora.
El exilio y el olvido
Con la derrota republicana en 1939, Constanza de la Mora se vio obligada a exiliarse. Su destino fue México, donde coincidió con otros intelectuales y políticos que huyeron de la represión franquista. Allí escribió su libro In Place of Splendor (En lugar del esplendor), en el que relató su experiencia durante la guerra y defendió la causa republicana.
A pesar de su contribución a la historia de España, su figura ha sido relegada al olvido durante décadas. Su nombre apenas se menciona en los relatos oficiales, aunque su labor como periodista, propagandista y activista la convierte en un personaje fundamental para comprender el contexto de la Segunda República y la Guerra Civil.
Un reconocimiento tardío
En los últimos años, el interés por la historia de las mujeres en la Segunda República y la Guerra Civil ha permitido recuperar la memoria de figuras como Constanza de la Mora. Su papel como pionera en el matrimonio civil y su lucha por la República merecen un lugar destacado en la historia.
Su vinculación con Alcalá de Henares, aunque indirecta, resalta la importancia de la ciudad en los acontecimientos de la época. Hoy, cuando se habla del impacto de la Guerra Civil en la región, no se puede olvidar la presencia de quienes, como ella, trabajaron desde distintos frentes para defender sus ideales.
