Dream AlcaláNoticiasDeporte en Alcalá de HenaresLa AD Parla aleja a la RSD Alcalá del play off

La AD Parla aleja a la RSD Alcalá del play off

Sito, portero y baluarte del conjunto local, ya avisó desde los primeros minutos que la idea era pausar el juego y no entrar en un ritmo frenético que pudiese beneficiar a la RSD Alcalá. La mejor muestra de ello es que aguantaba el balón en sus pies hasta que alguno de los rojillos le obligaba a cogerlo con sus manos.

Lo de ganarle segundos al crono fue una constante durante todo el partido. Aun así, el equipo alcalaíno fue capaz de instalarse en campo rival y generar hasta tres ocasiones claras de gol antes de llegar al descanso. La primera fue de Chato, que disparó fuerte desde la frontal y se topó con la figura de Sito.

Quien entró en escena después fue Dani Ponce. El ’10’ estuvo muy participativo en ataque, pero no consiguió resolver con acierto dos acciones de mucho peligro. Una fue la falta directa, lanzada inexplicablemente sobre la línea del área grande, que terminó en saque de puerta después de que resbalase y la tocase mordida. Mientras que la otra, y más importante, fue la que cedió atrás estando en una posición muy favorable. Huelves puso un balón raso y poco amenazante para la defensa rival, pero el viento y un fallo en el despeje pusieron de cara al delantero que, ante la salida rápida del portero, decidió asistir en lugar de definir.

Curiosamente, las oportunidades resultaron ser menos claras que la que tuvo lugar cerca de la media hora de encuentro cuando Pablillo se aventuró en ataque. El ayer lateral izquierdo de la RSD Alcalá colgó el cuero al área y se encontró con el bloqueo de un oponente que cambió su dirección y pilló desprevenido a un Sito que tuvo que darle las gracias a la madera, porque de no haber sido por ella hubiese subido el gol visitante al marcador.

Cambio de guion en la segunda parte

Aunque las tornas cambiaron tras el paso por los vestuarios. Casi de manera incomprensible, el equipo rojillo perdió fuelle y le dio alas a una AD Parla que también se jugaba mucho sobre el césped de Los Prados. Los de azul y negro se fueron entonando y empezaron a merodear por las inmediaciones de la portería visitante. Tanto fue así que Aarón no tuvo más remedio que intervenir con una mano prodigiosa para detener el remate en escorzo de Fuentes, que minutos después abriría la lata.

El delantero aprovechó un buen centro desde la izquierda y castigó la pasividad rojilla en defensa. A raíz del 1-0, los visitantes se vinieron arriba y protagonizaron algunos acercamientos sin demasiado peligro. A excepción del de Chato, que cabeceó a gol e hizo trabajar a Sito sobre la línea.

A continuación, Jorge Martín San Pablo movió el banquillo y dio entrada a Sanse para jugar con Izan y Garci a pie natural. Ello provocó que Tanque tuviese algo más de presencia en el área, aunque lo que le faltó al camerunés fue lo que a casi todo el equipo, decisión. De haberla tenido, quizá no habría dejado pasar entre sus piernas un buen centro de Izan que finalmente no entrañó ningún peligro para los locales, que actuaron con mayor determinación en los metros finales.

Superado el 80′, Huelves pasó de héroe a villano en milésimas de segundo. El capitán recuperó el esférico en una acción defensiva que fue muy aplaudida en la grada, pero tardó demasiado en hacer entrega de él y perdió la posesión en una zona sumamente comprometida. La jugada, para su desgracia y la del equipo, terminó en gol. Y qué gol. José Ángel intentó despejar un centro al área y tuvo la mala suerte de introducirse el balón y no darle casi ninguna opción a Aarón, que intentó evitar el 2-0 sin éxito.

Una jugada, la de la sentencia, que resume a la perfección lo que fue el partido. Un juego de errores en el que ganó quien menos cometió. El equipo ya no depende de sí mismo para jugar el playoff, pero sí está en la obligación de devolverle a la afición, con sacrificio y pundonor, todo el apoyo que nos ha brindado a lo largo de la temporada. Quedan cuatro finales. Hay que vaciar el cargador y agotar todas las balas. Tocados, pero no hundidos y aún vivos en la lucha por los puestos de arriba.