Alcalá de Henares celebró en la tarde de este viernes, 13 de diciembre, una nueva edición de la Hoguera de Santa Lucía, una de las tradiciones populares más antiguas y simbólicas de la ciudad, que cada año tiene lugar en fechas próximas a la festividad de la santa siciliana. El acto se desarrolló junto a la ermita de Santa Lucía, frente a la Catedral Magistral, y reunió a numerosos vecinos, asociaciones culturales y representantes institucionales en torno al fuego purificador que marca el final del año.
La celebración, organizada por la Asociación Cultural Hijos y Amigos de Alcalá, estuvo precedida por la recepción oficial a los grupos de dulzaineros participantes y un animado pasacalles desde la calle Mayor, donde la música tradicional acompañó al protagonista simbólico de la jornada: “el trasto”, la construcción alegórica que cada año representa aquello de lo que la ciudad desea desprenderse antes de iniciar un nuevo ciclo.


Una tradición con raíces medievales recuperada desde 1996
Durante su intervención, la presidenta de Hijos y Amigos de Alcalá, Mari Carmen Díaz, recordó el profundo arraigo histórico de esta celebración, que podría remontarse al siglo XIII, coincidiendo con la existencia documentada de la ermita dedicada a Santa Lucía. Según explicó, la hoguera forma parte de las manifestaciones festivas populares más antiguas de Alcalá de Henares y hunde sus raíces tanto en la tradición cristiana como en antiguos rituales paganos vinculados al solsticio de invierno.


Díaz evocó cómo, hasta bien entrados los años sesenta del siglo XX, los vecinos acudían a la hoguera con “trastos inútiles”, muebles rotos y objetos inservibles, que eran arrojados al fuego como símbolo de purificación colectiva. “La hoguera seguía teniendo el mismo sentido que tuvo para nuestros antepasados: quitarse de encima lo viejo, lo inútil y lo indeseable”, explicó.
La presidenta recordó que la asociación recuperó esta tradición en 1996, siguiendo las indicaciones del recordado José García Saldaña, y que desde entonces se mantiene viva con un elemento clave: la quema simbólica de un único “trasto”, que cada año representa un mal social o emocional.
La soledad no deseada, el ‘trasto’ que se quiso quemar en 2025


En esta edición, Hijos y Amigos de Alcalá decidió dedicar la hoguera a la lucha contra la soledad no deseada, un problema social cada vez más presente. El “trasto” de este año estuvo compuesto por sillas vacías, una imagen metafórica que simboliza la ausencia de personas, la desconexión social y el aislamiento que pueden sentirse a cualquier edad.
“Las sillas vacías representan ese vacío que todos podemos sentir en algún momento, ya sea por la falta de relaciones significativas o por la ausencia física de personas que ya no están”, explicó Mari Carmen Díaz, subrayando que se trata de una realidad que afecta de forma transversal a la sociedad y que merece una reflexión colectiva.
La ONCE, honrada prendedora de la hoguera 2025
Siguiendo la tradición, la asociación nombró un año más a un “honrado prendedor”, figura encargada de encender la hoguera y que siempre recae en una persona o entidad destacada por su labor social. En esta ocasión, el reconocimiento fue para la delegación de la ONCE en Alcalá de Henares, representada por su presidenta, Irene Pascual.



Durante su discurso, Pascual agradeció el nombramiento y recordó el especial significado de Santa Lucía para la ONCE, al ser patrona de la vista y de la propia organización. Destacó que la hoguera es “símbolo de luz, esperanza y comunidad” y subrayó la importancia de mantener vivas las tradiciones como espacios de encuentro en una sociedad marcada por la prisa.
“La hoguera que vamos a encender no es solo una llama, es una llamada a dejar atrás lo que pesa y a renovar fuerzas”, afirmó, reivindicando una Alcalá “viva, alegre, accesible y sin barreras”, orgullosa de sus raíces y comprometida con la inclusión.
El respaldo institucional y el valor de las tradiciones locales
Cerró el turno de intervenciones la alcaldesa de Alcalá de Henares, Judith Piquet, quien felicitó a la Asociación Hijos y Amigos de Alcalá por su labor continuada en la conservación y recuperación de las tradiciones locales. La regidora destacó el esfuerzo que la entidad realiza desde 1996 para mantener viva la Hoguera de Santa Lucía y poner en valor las raíces culturales de la ciudad.

Piquet también tuvo palabras de reconocimiento para la ONCE y su presidenta, Irene Pascual, a quienes definió como “un ejemplo de integración” y una referencia en la construcción de una ciudad más accesible y sensible a las necesidades de las personas con discapacidad visual. Asimismo, agradeció la colaboración del concejal de Fiestas y Tradiciones Populares, así como la labor de los Bomberos del Parque 22 —en el año de su 50 aniversario—, la Policía Local y Protección Civil, cuya presencia garantiza la seguridad del evento.

Antes del encendido de la hoguera, la alcaldesa animó a los vecinos a “dejar atrás todo lo malo de este 2025” y a iniciar el nuevo año guiados por la luz de Santa Lucía, deseando salud y felices fiestas a todos los asistentes.
Con el encendido final de la hoguera, a cargo de Irene Pascual, y la música de los dulzaineros, Alcalá de Henares volvió a renovar un ritual cargado de simbolismo, tradición y sentimiento comunitario, que conecta el pasado con el presente y mira al futuro con esperanza.











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