El Círculo Hispanista Complutense organiza este miércoles la última conferencia del año a las 18:30 horas en los salones de las Concejalías de Educación y Patrimonio Histórico (c/ Santiago 13) y para ello quieren recuperar la memoria de un héroe español olvidado que fue uno de los mejores generales de nuestro Ejército, Sebastián de Eslava (1685-1759). La conferencia será impartida por un experto en el tema, el escritor Jesús Dolado.
Este navarro participó en la Guerra de Sucesión, cuando combatió en las batallas de Almansa, Villaviciosa, Zaragoza o Brihuega, entre otras. Más tarde, intervino como capitán en la campaña de Sicilia, en 1715, y fue nombrado Caballero de la Orden de Santiago. Después, estuvo al frente del Regimiento “Asturias”, entre 1718 y 1732. Durante esta etapa, participó en el sitio y rendición de Messina, en las batallas de Melarzo y Francavila, además del sitio de Orán. En esta última ciudad, desembarcaron las tropas del Regimiento en 1732, con la intención de recuperar el territorio. La actitud de Eslava le valió para ascender a brigadier aunque, ese mismo año, dejó el mando en el “Asturias” para liderar el “Castilla”.
Ascendió a teniente general, en 1739, y el rey Felipe V le nombró virrey de Nueva Granada, debido a los méritos y cualificación que había demostrado durante su trayectoria. Eslava desempeñó el cargo de gobernador y presidente de las Audiencias de Quito y Santa Fe; además de que tuvo a su cargo las provincias de Santa Marta, Cartagena de Indias, Antioquía, Popayán, Maracaibo, Caracas y la Guayana.
Fortificó Cartagena de Indias, realizó mejoras, obras públicas y persiguió el contrabando. Un año después, llevó a cabo la defensa heroica junto a su subordinado Blas de Lezo y repelió una nueva invasión británica. Por esto, en 1742, se le concedió el título de capitán general.
A pesar de ser nombrado virrey del Perú, no llegó a tomar posesión, ya que fue promovido a director general de Artillería en 1749 y, un año después, director general de Infantería. En 1754, le designaron secretario de Estado y de Despacho Universal de la Guerra, cargo que ostentó hasta su muerte, en 1759. En su honor, el rey Carlos III creó el Marquesado de la Real Defensa, que recayó en su sobrino, Gaspar de Eslava y Monzón.

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