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Comunicado y Punto Violeta de la UAH por la eliminación de la Violencia contra las Mujeres

Con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, este viernes, 25 de noviembre, ha tenido lugar la lectura del comunicado institucional de la Universidad de Alcalá.

Esta vez, por problemas de salud, no ha leído el comunicado el rector José Vicente Saz sino la vicerrectora de Relaciones Institucionales de la Universidad de Alcalá, María Sarabia.

Una vez finalizada la lectura, se ha inaugurado en el Edificio Cisneros, el Punto Violeta universitario. Se trata de una iniciativa promovida por la Unidad de Igualdad, en colaboración con Biblioteca UAH.

La Universidad de Alcalá, a través de su Unidad de Igualdad y en colaboración con la Biblioteca UAH y el área de Voluntariado, ha inaugurado este Punto Violeta. Se trata de un espacio que busca ofrecer información y asesoramiento sobre recursos propios de la UAH y ajenos en materia de igualdad y gestión inclusiva de la diversidad, facilitar el acceso a bibliografía interdisciplinar especializada en estudios de mujeres, feministas y/o con perspectiva de género y acoger proyectos de diversa índole, generando reflexión e intercambio de conocimientos en la materia.

Ya por la tarde, a partir de las 17:30 horas, la fachada del Rectorado quedará iluminada en color violeta en recuerdo a todas las mujeres asesinadas, víctimas de cualquier tipo de violencia por el mero hecho de ser mujeres.

COMUNICADO: Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer

Nos congregamos, una vez más, en este 25 de noviembre con el objetivo de denunciar la violencia que se ejerce sobre las mujeres en todo el mundo. Recordamos, en este día, a mujeres y niñas de nuestro barrio, de nuestro entorno laboral, de nuestra familia, víctimas de una violencia real que adopta multitud de formas, como la trata de seres humanos, la violencia verbal o física, violencia vicaria, violencia virtual, acoso sexual…

Situaciones de crisis globales, como los conflictos violentos, los desastres climáticos o las alertas sanitarias, incrementan aún más, si cabe, la vulnerabilidad de las mujeres. No hay más que destacar algunas cifras; según estadísticas de Naciones Unidas, desde que comenzó la pandemia, 7 de cada 10 mujeres creen que el abuso verbal o físico por parte de la pareja se ha vuelto más común y 4 de cada 10 se sienten más inseguras en espacios públicos. Pero hablamos también de muertes; cada 11 minutos, una mujer o niña muere en el mundo asesinada por un familiar. En nuestro país, son 1.171 las mujeres que han sido asesinadas desde 2003 -cuando comenzaron a registrarse estos datos-, 38 en lo que va de año.

En un contexto como este, resulta imprescindible un abordaje integral de las situaciones de violencia que sufren las mujeres y niñas y todos los sectores de la sociedad podemos, de un modo u otro, ejercer un papel fundamental para favorecer el cambio.

Como recoge la Red de Unidades de Igualdad de Género para la Excelencia Universitaria (RUIGEU) en su manifiesto de hoy, las universidades tenemos que ser un ejemplo para la sociedad y, por eso, debemos esforzarnos cada día para que no tenga cabida ninguna forma de violencia o discriminación en nuestros entornos de trabajo.

Es nuestra obligación contribuir, con nuestro conocimiento y nuestro trabajo, a mejorar la situación de las mujeres, a través de la puesta en marcha de acciones dirigidas a la prevención y detección de la violencia, como protocolos contra cualquier tipo de acoso o abuso, planes de igualdad, campañas de sensibilización e, incluso, la atención directa a quienes la sufren. En este sentido, así nos lo recuerda Crue Universidades, juega un papel importantísimo la investigación, “indispensable para conocer en profundidad las causas de las violencias y ofrecer soluciones que contribuyan a la erradicación de las violencias y a la reparación de las víctimas”.

Nuestro futuro como sociedad depende de que erradiquemos la violencia, en cualquiera de sus formas, puesto que es el principal obstáculo para avanzar en el respeto a los derechos de mujeres y niñas. Ese será, además, el camino para conseguir que este sea un mundo más responsable, justo y equitativo.