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El pozo que albergó la partida de bautismo de Cervantes

La historia del pozo que albergó la partida de bautismo de Cervantes es una de las menos conocidas de la ciudad, pero una de las que más transcendencia tuvo para la Historia de Alcalá de Henares.

Porque gracias a ese pozo y a unos valientes vecinos complutenses hoy en día conservamos la partida de bautismo de Miguel de Cervantes Saavedra (junto con la de muchos de sus familiares). Un documento de una importancia histórica crucial para el presente y el futuro de Alcalá, que la liga para siempre a la historia del Príncipe de los ingenios. Una joya que nos sigue recordando que aquí, en 1547, fue bautizado Miguel de Cervantes Saavedra.

Placa conmemorativa

Hace tres años, el viernes 7 de abril de 2017, el alcalde de Alcalá de Henares, Javier Rodríguez Palacios y la concejal de Cultura, María Aranguren, acudieron a la inauguración de una placa que desde ahora identifica el lugar donde permaneció protegida la partida de bautismo de Miguel de Cervantes.

El acto sirvió entonces para clausurar el programa de las I Jornadas de la recién creada Red de Ciudades Cervantinas, cuyos representantes han estado presentes en el acto.

La placa reza como sigue:

El acto se celebró fruto de una moción del pleno aprobada por toda la corporación municipal, y rindió un homenaje a Juan Raboso, César Manero y Francisco del Río, tres alcalaínos que en plena Guerra Civil española, escondieron la partida de bautismo de Cervantes para su salvaguarda y para evitar su destrucción o desaparición.

El proceso fue sencillo pero arriesgado, puesto que ese acto, en aquel momento tan convulso de la historia reciente de España, les podía haber costado la vida. Retiraron el libro de la partida de bautismo de Cervantes de la parroquia, lo envolvieron y lo encerraron en una caja metálica, una caja de galletas para más señas.

Acto seguido entraron en su casa, que como muchas otras de las casa del centro de Alcalá tenía su propio pozo, y lo escondieron a media altura en un recoveco de las piedras que forraban el interior del pozo.

Y allí estuvo escondido hasta que años después, acabada la Guerra Civil, pudieron volver a rescatarlo para fortuna de las generaciones posteriores y entregarlo al nuevo ayuntamiento de la ciudad.

En pleno centro

La casa en cuestión se encuentra en el número 8 de la calle Cerrajeros, en frente del Ayuntamiento de Alcalá de Henares. Además el edificio es colindante con el Corral de Comedias de Alcalá (que dispone de una salida hacia la calle Cerrajeros), y está tan estrechamente relacionado con el Corral que la casa tiene dos ventanas que dan directamente al escenario.

Y es que debemos recordar (aquí puedes leer la interesante historia), que el Corral de Comedias de Alcalá en sus inicios era un lugar abierto, un patio de vecindad sin techo y con pozo incluido, que se conserva en el patio del público en el actual Corral de Comedias de Alcalá, apenas a unos metros de distancia del pozo de esta casa. De hecho, esta casa era una de las que sus ventanas daban a ese patio de vecindad que es el Corral de Comedias.

Concha Raboso y Juanjo Costa

Aquel mes de abril de 2017, Concha Raboso, hija de Juan Raboso, quiso agradecer en el acto la instalación de esta placa conmemorativa, con la que se recuerda y rinde homenaje a las personas que hicieron posible la conservación del libro que contiene la partida de bautismo de Miguel de Cervantes y sus hermanos.

También quiso agradecer a Juanjo Costa por la divulgación de estos hechos. Por su parte, Costa (en la imagen superior) recordó que conserva artículos escritos por Francisco Javier García Gutierrez, cronista de Alcalá ya fallecido, en los que testifica que el pozo de la casa de la calle Cerrajeros número 8 es del siglo XVI.

Recordó que el Corral de Comedias tiene un pozo próximo al escenario que dista menos de 10 metros de este otro pozo, con lo que “puede ser que al agua de ambos pozos sea la misma”.

“Esta casa es relevante por encontrarse adosada al Corral y por tener dos ventanas en distintas paredes, que dan directamente al escenario”, afirmó Costa.

El alcalde de Alcalá de Henares, Javier Rodríguez Palacios, destacó la suerte de “esta serie de sucesiones fortuítas y a la vez afortunadas, que hicieron posible que haya llegado a nosotros la partida de bautismo de Cervantes.

“En primer lugar”, continuó diciendo el alcalde, “debemos dar gracias a que el arzobispo de esta ciudad fuese Cisneros, porque gracias a él existe ese libro”.

Y es que fue el Cardenal Cisneros quien en su diócesis introdujo la costumbre de recoger de forma escrita los bautismos (más información en De dónde vienen los apellidos españoles). Y es que en aquel entonces no existía la costumbre de recopilar estos datos.

Rodríguez Palacios también se congratuló de que en aquella época “hubiese vecinos dispuestos a hacer un gesto de valentía, porque en ese momento retirar un libro de una parroquia era un gesto de valentía que podía costar muchos digustos”.

El pozo que albergó la partida de bautismo de Cervantes