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Espacios Ignotos: la obra de Iván Correa, en la casa de la Juventud

El artista madrileño, Iván Correa celebra su muestra individual ‘Espacios Ignotos’ en la Casa de la Juventud de Alcalá de Henares que permanecerá expuesta hasta el próximo jueves 24 de octubre.

Se trata de una exposición con 50 obras del autor. La Casa de la Juventud mostrará ‘Espacios Ignotos’ en horario de lunes a viernes de 10:00 a 14:00 horas y de 16:30 a 22:30 horas y los sábados de 10:00 a 14:00 y de 16:30 a 22:30 horas

Los dibujos y pinturas de Iván Correa nos hacen reflexionar sobre nuestros instintos, el inconsciente colectivo y el eterno conflicto entre orden y caos. La complejidad de sus últimas obras le permite enfrentarse a problemáticas conscientes e inconscientes; actuando en ciertas ocasiones de forma intuitiva.

Correa crea imágenes místicas atemporales, a través de una nueva mitología, donde los sueños cobran gran importancia; inquietantes imágenes, a las que llega alcanzando estados alterados de consciencia. 

Sin levantar el bolígrafo del papel y sin mirarlo, de un solo trazo serpenteante y veloz, surgen los bocetos previos. Mediante el dibujo automático, del caos aparente de sus azarosos trazos surgen potentes e inquietantes imágenes que va completando, incorporando elementos simbólicos muy personales.

En su obra la línea es esencial; su pasión por el dibujo y el detalle, junto con su peculiar y poco ortodoxa forma de aplicar la tinta hace que estemos ante un lenguaje propio y una técnica original. Al utilizar minuciosas tramas con bolígrafo en sus dibujos, crea diferentes niveles de lectura y unas texturas apreciables a poca distancia.

Acercándonos lo suficiente, podremos deleitarnos con una forma de modular la línea comparable a la técnica de los antiguos maestros del grabado.  En sus últimas obras Correa experimenta con la técnica del fumage.

Partiendo de una mancha de hollín poco controlada (generada acercando la llama de una vela en movimiento al papel); dibuja en negativo con diferentes utensilios como bisturies, puntas de metal utilizadas en grabado calcográfico, plumas de pájaro, lápices goma o pinceles estropeados. Las formas que le sugieren las manchas aleatorias de hollín nunca son controladas conscientemente lo que hace de esta técnica un lenguaje adecuado para enfrentarme a su propio inconsciente.

Después de interpretar las formas, estas le sugieren diferentes elementos, que van apareciendo después de un sutil trabajo de tramas de líneas. El resultado es una obra minuciosa, rica en texturas a la que no se podría llegar por ningún otro lenguaje artístico que no fuera esta poco conocida técnica que Correa está desarrollando. 

Si nos adentramos en el mundo de este singular artista, experimentaremos un viaje lleno de imágenes surrealistas con una desconcertante simbología que dialoga con el arte de antiguas civilizaciones. Correa juega con la ambigüedad de la carne, la dualidad vida-muerte, lo estático y lo móvil; y crea una iconografía personal, en la que la sensación de inquietud, misterio y tensión está muy presente.

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