Dream AlcaláNoticiasNoticias Universidad de AlcaláDrogas, fármacos y venenos de la naturaleza

Drogas, fármacos y venenos de la naturaleza

El profesor del departamento de Química Orgánica y Química Inorgánica de la Universidad de Alcalá, David Sucunza, acaba de publicar un libro titulado Drogas, fármacos y venenos (editorial Guadalmazán) en el que habla de sustancias de la naturaleza con las que tratar enfermedades, cazar y asesinar, las que se convierten en estupefacientes legales e ilegales o las que sirven para la creación de materiales. El profesor Sucunza narra, a través de la química, el enorme impacto que algunos de estos productos naturales han tenido en nuestra historia.

¿De qué trata la obra Drogas, fármacos y venenos?

El libro analiza fundamentalmente el impacto de los compuestos químicos de origen natural en la historia, haciendo referencia a los usos más importantes: los fármacos, las drogas y los venenos. También se recogen otros empleos, como el de materiales, tintes o aromas para cosmética y alimentación.

¿Por qué ha escrito este libro?

Desde que empecé a estudiar Química me atrajeron los compuestos químicos de origen natural. Dentro de mis líneas de investigación, he trabajado con ellos desde el punto de vista químico. Estos compuestos son interesantes por su estructura y sus propiedades, pero también se pueden analizar desde otras perspectivas, como los de la biología, la medicina, la historia o la economía, ya que han sido importantes mercancías, e incluso se pueden estudiar dentro de la antropología, por el uso de las plantas medicinales en los sistemas de medicina tradicional. Todas esas facetas las incluyo en los 25 capítulos de este libro, donde he recogido los productos naturales más emblemáticos.

¿Cuáles son los compuestos que analiza?

En cuanto a drogas de origen natural ilegales me centro en la cocaína, el opio, el LSD, la heroína, y también trato drogas legales, como la cafeína, que es de origen botánico, o la nicotina del tabaco. Igualmente, hablo de fármacos como la penicilina, la morfina, la quinina, que fue muy importante en la lucha contra la malaria, o el ácido salicílico. De hecho, un porcentaje bastante amplio de compuestos antitumorales son de origen natural, por ejemplo, el taxol. Hoy en día, alrededor del 25% de los fármacos son productos naturales o derivados directos suyos y, en ciertas áreas, como pueden ser antibióticos o fármacos contra enfermedades infecciosas y antitumorales, alcanzan un porcentaje incluso mayor.

Otro compuesto que se menciona en el libro es el uso de la vitamina C en relación con el escorbuto, una enfermedad terrible de la época de la navegación en la Edad Moderna.

También en el libro analizo otros productos naturales importantes como, por ejemplo, el caucho, un material que es totalmente ubicuo en nuestra sociedad. Hoy en día, el 50% del caucho utilizado es de origen natural, ya que tiene propiedades ligeramente diferentes a las del sintético. Y no me olvido del azúcar, un compuesto de origen natural que generó un cambio histórico al ser el cultivo más importante del Caribe y al que podemos achacar gran parte de la trata trasatlántica de esclavos.

Entonces, ¿podemos decir que la naturaleza nos ayuda a combatir alguna de las enfermedades que tenemos hoy en día?

Desde luego. Muchos de estos productos naturales son segregados por seres vivos que no pueden desplazarse por sí mismos, como plantas, hongos y animales marinos sésiles, que han desarrollado una gran riqueza molecular que les sirve para defenderse y comunicarse. Y así, compuestos que son generados por plantas o por hongos para luchar contra las bacterias o los ataques infecciosos, nos pueden servir a los humanos como antibióticos, y sustancias que segregan las plantas para frenar sus posibles tumores, pueden servir como antitumorales.

En cuanto a venenos, ¿cuáles son los más comunes en el medio natural?

Existen muchos ejemplos de plantas tóxicas que se defienden de los ataques de los animales y estos venenos también son perjudiciales para el ser humano. En el libro hablo del curare, el principal veneno tribal que se usaba en la Amazonia para para cazar, del que también se hace referencia en las crónicas españolas del siglo XVI cuando, en las luchas indígenas, eran atacados con flechas envenenadas. Este producto ha acabado usándose dentro de la medicina como un potente relajante muscular que se usa en cirugía. También trato sobre el cornezuelo, un hongo parásito del centeno que, en la Edad Media, provocaba una enfermedad llamada fuego de San Antonio.

Actualmente, ¿en qué investigaciones está trabajando?

Pertenezco al Grupo de Investigación de Química Biológica de la Universidad de Alcalá en el que trabajamos en varias cuestiones, muchas de ellas relacionadas con la química médica o con el diseño de fármacos y estamos involucrados en distintos proyectos que tienen que ver con la enfermedad renal.

¿Siempre buscando soluciones de origen natural?

No necesariamente. Eso es algo que discuto en el libro: lo natural no es mejor que lo sintético. No debemos valorar el origen de una sustancia sino sus propiedades, uno no excluye al otro, ya que la medicina moderna incluye todo el conocimiento tradicional con multitud de productos naturales.