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Iglesia de Santa María la Mayor

La Iglesia de Santa María la Mayor pertenecía al Colegio Máximo de los Jesuitas, situado al lado, y su fachada es la más monumental, tras la de la Universidad, de toda Alcalá.

El la Iglesia de Santa María la Mayor destacan su impresionante portada y sus capillas, entre ellas la renovada de las Santas Formas, dedicada al milagro que conservaba incorruptibles una colección de hostias consagradas.

Se comenzó a construir en 1567, pero tres años después se pararon las obras por problemas económicos, solventados gracias a las donaciones de María y Catalina de Mendoza. Trazada por el padre Bartolomé de Bustamante, su construcción fue dirigida por los maestros arquitectos Francisco de Mora y su sobrino Juan Gómez de Mora, que la terminaron en 1620 , y cinco años después, la fachada.

Modelo de arquitectura jesuita

El estilo de la Iglesia de Santa María la Mayor siguió los estrictos y nuevos conceptos arquitectónicos dictados tras el Concilio de Trento, en los que se fusionaba lo antiguo con lo nuevo, pero dando una gran importancia a la función de lugar de reunión de los fieles, que tenían  que ser simétricos y tener buena acústica.

El gran modelo para los templos hechos por la Compañía de Jesús fue la iglesia del Gesú de Roma, y el gran ejemplo de tal estilo en España, en los siglos XVII y XVIII, es precisamente la iglesia de los Jesuitas de Alcalá, actual sede de la parroquia de Santa María la Mayor -que antes estuvo en la plaza de Cervantes hasta su incendio en 1936-.

Fachada impresionante

En la impresionante fachada de la Iglesia de Santa María la Mayor es de destacar las dobles columnas gigantes, que presentan las imágenes de San Pedro y San Pablo, abajo, y en la parte superior, las de San Ignacio de Loyola y de San Francisco Javier, todas ellas esculpidas por el portugués Manuel Pereira. También se pueden apreciar dos escudos de las Mendoza, sobre unos frontones de arco.

En el interior de la Iglesia de Santa María la Mayor se respira una sensación de grandeza, a lo que contribuyen sus dimensiones, tanto de la planta y las capillas laterales, como de la altura y la propia cúpula. El retablo principal es de destacar como muestra de transición del estilo herreriano al barroco, y por la espléndida custodia que contiene.

El milagro de las Santas Formas

Desde la Iglesia de Santa María la Mayor se accede a la capilla de las Santas Formas, levantada en 1718 y restaurada en 2011, llamada así para conmemorar el milagro de veinticuatro hostias consagradas que no se descomponían nunca, y que tienen una historia llena de avatares, ocurrido en los finales del siglo XVI (más información aquí). Alberga importantes pinturas murales del pintor Juan Vicente de la Ribera, de 1699.

El milagro ocurrió a partir de que un morisco, el 1 de mayo de 1597, que había robado veintiséis formas de alguna iglesia, se arrepintió y fue a confesarse con el padre jesuita Juan Juárez, en la iglesia que había donde después se construiría la actual de los Jesuitas o de Santa María la Mayor.

Las hostias no se usaron en ninguna misa, por temor a que pudieran estar envenenadas, cosa que ya había ocurrido, ni las destruyeron porque se consideraba irrespetuoso hacerlo al estar consagradas. Por ello, se guardaron en una cajita de plata, esperando que se corrompieran, momento en el que se podrían desechar definitivamente.

Sin embargo, ocurrió que no se descompusieron, y tras ser sometidas a diversas pruebas, se proclamó el milagro de su incorruptibilidad en 1619. A partir de ese momento se expandió su culto popular, con la total aprobación de las autoridades eclesiásticas, recibiendo todo tipo de indulgencias papales y contando con un día propio de fiesta, la cual se fijó en el quinto domingo después del de Resurrección, a mediados de mayo.

Las visitas de Carlos III, José Bonaparte y Alfonso XII

El culto a las Santas Formas alcanzó tal magnitud desde los primeros momentos que ya cuando fueron guardadas en la iglesia de los Jesuitas, en su capilla, recién terminada, se celebró una gran procesión a la que acudió el rey Felipe III y su esposa la reina Margarita de Austria junto con todas las autoridades civiles y religiosas alcalaínas, recorriendo con toda solemnidad las calles de nuestra ciudad, engalanadas para tal ocasión con tapices y colgaduras.

En 1777 las Santas Formas se trasladaron a la Catedral Magistral, y los fieles acudían en tal cantidad que hubo que regular su asistencia. También acudieron a rendirles culto numerosos monarcas, como Carlos II, Carlos III (en 1759), José Bonaparte, en 1810, (a quien se atribuye la donación de un anillo que coronaba la cruz de la custodia donde estaban las Santas Formas), Fernando VII (en 1816), Alfonso XII y la reina María Cristina en 1880.

Con el incendio de la Catedral Magistral en 1936 desaparecieron esa custodia y las propias Santas Formas, y después de la guerra desapareció también la celebración de lo que había sido la fiesta más importante y popular de Alcalá, más que la de los Santos Niños, la de la Virgen del Val, o las fiestas de fin de agosto.

Información de interés:

  • Dirección: Calle Libreros, 25

 

Accesos desde Madrid

  • Tren cercanías Líneas C-1, C-2 y C7A.
  • Autobús 223 (salidas desde Intercambiador de Avenida de América).

 

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